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La leyenda de la isla de los inmortales





La leyenda de la isla de los inmortales

La leyenda de la isla de los inmortales

En tiempos antiguos, antes de que los hombres pudiesen cruzar los mares con velas y brújulas, se hablaba de una isla mística al otro lado del horizonte, donde el tiempo dormía y la muerte no llegaba jamás. Esta es la leyenda de la Isla de los Inmortales, un lugar oculto por los dioses, reservado solo para los valientes cuya alma buscara algo más que la gloria: la eternidad.

1. El presagio de las estrellas

Cierta noche, bajo el firmamento centelleante, el sabio Milos de Lysandra observó una alineación inusual de planetas. En sus pergaminos escribió: «Cuando la constelación del Fénix abrace al Cometa del Norte, se abrirá el camino hacia el mundo sin muerte.»

Los sacerdotes del templo de Helion interpretaron la visión como un signo celestial y enviaron una expedición en busca de la legendaria isla, guiados por la profecía y su esperanza de vivir por siempre.

2. El elegido: Kael el navegante

Entre los muchos voluntarios surgió Kael, un joven navegante con sangre de mar y una visión ardiente de conquista. Él soñaba con encontrar la isla no por codicia, sino para descubrir la verdad detrás de los mitos.

Los sabios le confiaron tres reliquias sagradas:

  • La brújula de Éter: que siempre apuntaba a lo desconocido.
  • El cuerno del Silencio: que disolvía las ilusiones.
  • La antorcha de Lumen: con fuego que no se apagaba bajo el agua ni la tormenta.

3. El mar de los susurros

Para alcanzar la isla, Kael y su tripulación debían cruzar el Mar de los susurros, una vasta extensión cubierta por niebla perpetua. Se decía que las voces del mar intentaban enloquecer a los marineros, haciéndolos naufragar o dirigirse en círculos eternamente.

Solo con el uso del Cuerno del Silencio, Kael logró dispersar las voces. Durante siete lunas navegó en la penumbra hasta que, al amanecer, avistó una montaña solitaria que emergía del océano como si flotara sobre él.

4. La llegada al velo de la isla

La isla estaba envuelta en un anillo de nubes doradas. Las aguas que rodeaban sus costas brillaban con un extraño resplandor. La brújula de Éter giraba sin control: Kael había llegado al límite del mundo conocido.

Al cruzar el velo, la embarcación tembló. Algunos marineros cayeron en el delirio, otros huyeron en botes menores. Solo unos pocos siguieron a Kael, atraídos por la energía que emanaba del corazón de la isla.

5. El bosque que susurra

Dentro de la isla, Kael encontró un bosque cuyos árboles hablaban en lenguas antiguas. Según susurros, el lugar era custodiado por los Vigilantes de la Eternidad, espíritus de los que alguna vez intentaron reclamar la inmortalidad por la fuerza.

Cada uno de los compañeros fue tentado con visiones de lo que más deseaban:

  • Riquezas sin fin
  • Amores perdidos
  • Poder divino

Solo Kael resistió. Con la antorcha de Lumen en alto, iluminó la verdad detrás del bosque: era una prueba de los dioses, para medir la pureza del alma.

6. El juicio de los inmortales

Al fondo del bosque, ante un claro de luz eterna, Kael se encontró con tres figuras: los Inmortales Eternos, seres antiguos dotados de vida eterna por su valor y sacrificio. Ellos juzgaron su corazón, descartando la codicia o el orgullo.

Tras examinarlo, le ofrecieron elegir:

  • Vivir para siempre, pero solo
  • Volver al mundo mortal como mortal
  • Guardar el secreto y protegerlo por la eternidad

7. El sacrificio final

Kael eligió el tercer destino: se convirtió en el Guardián del Umbral. Fue investido con poderes para proteger la entrada a la isla y reconocer a los dignos. Así, renunció a su vida como hombre, su mundo, su nombre.

Los dioses le agradecieron con una última visión del mundo: el futuro. Perplejo ante lo que venía, Kael aceptó su destino con la paz de quien ha visto la eternidad y sabe que vale protegerla.

8. Los ciclos del visitante

Durante siglos, pocos han llegado a las costas de aquella isla, y menos aún han logrado atravesar el bosque. Kael los ha guiado, cuando valen la pena, o los ha alejado sin que supieran siquiera que estaban cerca.

A través de los siglos, su figura se volvió leyenda en muchas culturas. Algunos lo llaman El Centinela del Horizonte, otros lo veneran como un semidiós que salvaguarda los portales sagrados.

9. El secreto olvidado

Con el paso del tiempo, incluso la ubicación del Mar de los susurros se perdió. Los mapas fueron quemados, las rutas borradas. Todo lo que quedaba eran cánticos, runas y fragmentos de historias. El mundo se olvidó, como dicta la voluntad de los dioses.

Pero en ciertos rituales secretos, los sabios todavía mencionan la Isla de los Inmortales al susurrar:

«Ningún hombre teme a la muerte si ha tocado sus orillas sin tomar su fruto.»

10. El regreso prometido

Se dice que cuando la necesidad del mundo sea tan grande que los hombres lloren al cielo como uno solo, Kael abrirá de nuevo la entrada y guiará a los dignos hacia el renacer. Algunos profetas predicen que ese día está cerca.

Porque la inmortalidad no es un don, sino una elección. Y la Isla de los Inmortales no es un lugar… sino una prueba.