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Mitología Sumeria

¿Qué es la Mitología Sumeria?

La mitología sumeria es uno de los primeros sistemas religiosos y cosmogónicos conocidos por la humanidad. Originaria de la antigua región de Sumer, en el sur de Mesopotamia (actual Irak), se remonta aproximadamente al 4000 a.C. Los sumerios fueron pioneros no solo en el desarrollo de la escritura cuneiforme, sino también en el establecimiento de una rica tradición mitológica y religiosa que influenciaría posteriormente tanto a los acadios, babilonios y asirios como a otras culturas del Cercano Oriente.

Esta mitología estaba profundamente arraigada en la vida cotidiana. Cada ciudad-estado tenía su dios o diosa patrona, y los templos eran centros religiosos y económicos. En el pensamiento sumerio, el universo era gobernado por un conjunto de dioses con personalidades complejas que actuaban a través de fuerzas naturales y eventos cósmicos.

El origen del universo según los sumerios

Según la mitología sumeria, al principio solo existían el cielo y la tierra, unidos como una sola entidad conocida como Anki, formada por An (el dios del cielo) y Ki (la diosa de la tierra). Ambos fueron separados por su hijo Enlil, quien tomó el cielo para su padre y dejó la tierra con su madre.

De esta separación y del caos primordial surgieron los elementos del cosmos: el cielo, la tierra, el mar dulce (el Apsu), el mar salado (el Tiamat), los vientos y los astros. En este universo nacieron los dioses, quienes tomaron responsabilidades específicas para mantener el orden del mundo.

Principales dioses sumerios

La mitología sumeria cuenta con un amplio panteón, pero algunos dioses son especialmente centrales en su narrativa:

  • An (Anu): Dios del cielo, considerado el padre de los dioses.
  • Enlil: Dios del aire y señor de los cielos, uno de los más poderosos y temidos.
  • Enki (Ea): Dios del agua, la sabiduría, las artes y la creación. Protector de los humanos.
  • Ki (Ninhursag): Diosa madre, personificación de la tierra y de todo lo que brota de ella.
  • Inanna (Ishtar): Diosa del amor, la belleza, la guerra y la fertilidad. Una de las figuras femeninas más complejas y reverenciadas.

Cada dios tenía atributos simbólicos, templos dedicados y mitos individuales que narraban sus hazañas y relaciones dentro del panteón divino sumerio.

Creación del ser humano

Los mitos sumerios narran que los dioses crearon al ser humano con el propósito de trabajar la tierra y mantener los templos. En un texto tempranamente registrado, los dioses menores estaban sobrecargados de trabajo, lo que llevó a Enki y a la diosa Ninhursag a crear a los humanos mezclando arcilla con la sangre de un dios sacrificado.

Este acto mitológico sugiere profundas ideas sobre la naturaleza dual del ser humano: hecho de tierra, pero también con una chispa divina. Los humanos, por tanto, no eran simples sirvientes, sino también parte del plano divino universal.

Inanna y el descenso al Inframundo

Una de las historias más famosas y complejas de la mitología sumeria es el descenso de Inanna al Inframundo. Inanna, movida por su orgullo y deseo de poder, decide visitar el reino de su hermana Ereshkigal, diosa del inframundo.

En su descenso, Inanna debe atravesar siete puertas, y en cada una deja una prenda u objeto sagrado, hasta llegar desnuda y vulnerable ante su hermana. Es juzgada, muere y queda colgada de un gancho. Finalmente, es rescatada por medio de un ingenioso plan de Enki y renace, aunque para ello debe enviar a alguien en su lugar.

Esta historia trata temas como la muerte, el poder femenino, el sacrificio y la resurrección, presentando a Inanna como una figura trágicamente poderosa y humana.

El mito del Diluvio

Uno de los relatos más influyentes de la mitología sumeria es el del diluvio universal, una historia compartida también por tradiciones posteriores como la babilónica y hasta la bíblica.

En el relato sumerio, los dioses decidieron destruir a la humanidad mediante un gran diluvio, pero Enki, compasivo, advierte al sabio Ziusudra (también conocido como Utnapishtim en versiones posteriores) para que construya un barco y salve a su familia y a los animales. Tras sobrevivir, Ziusudra ofrece sacrificios y recibe la inmortalidad como recompensa.

Esta narrativa habla del poder catastrófico de lo divino y la posibilidad de salvación a través del conocimiento y la obediencia.

La importancia de los templos y zigurats

Los templos sumerios, conocidos como zigurats, eran más que lugares de culto: se trataba de centros administrativos, agrícolas y políticos que reflejaban la jerarquía celeste en la tierra.

Cada ciudad-estado sumeria estaba dedicada a un dios patrono. Por ejemplo:

  • Uruk: dedicada a Inanna.
  • Nippur: sede de Enlil.
  • Eridu: ciudad de Enki, considerada una de las más antiguas del mundo.

Los sacerdotes eran los intermediarios entre los dioses y los hombres, interpretando sus signos y llevando a cabo ceremonias necesarias para asegurar las estaciones, las cosechas y la paz.

Cosmogonía sumeria y el orden universal

Para los sumerios, el universo estaba ordenado por los decretos divinos conocidos como “Me”, principios sagrados que regían todo aspecto de la existencia: realeza, justicia, sabiduría, guerra, alegría, música.

Estos «Me» fueron otorgados por los dioses y custodiados en templos, siendo Enki uno de sus principales guardianes. En cierta historia, Inanna roba estos decretos para llevarlos a su ciudad, mostrando una disputa de poder entre divinidades y una lucha por la hegemonía cultural.

Herencia de la mitología sumeria

La influencia de la mitología sumeria se extendió más allá de su tiempo. Sus dioses fueron adoptados y transformados por los acadios, luego por los babilonios y asirios. Por ejemplo:

  • Inanna se convirtió en Ishtar.
  • Enlil conservó veneración en Babilonia.
  • Enki fue venerado como Ea.

Temas como el diluvio, la creación a partir de arcilla, los viajes al inframundo, y el conflicto entre deidades aparecen también en la mitología hebrea, griega y otras tradiciones religiosas antiguas.

Legado en la cultura contemporánea

A pesar de su antigüedad, la mitología sumeria ha experimentado un renovado interés en la cultura moderna. A través de traducciones de tablillas cuneiformes, obras académicas y creaciones literarias y audiovisuales, su legado persiste.

Además, temas universales como el lugar del ser humano en el cosmos, el poder de lo divino y el misterio de la muerte siguen vigentes en nuestras preguntas existenciales, mostrando que, aunque milenaria, la mitología sumeria sigue tan viva como siempre.

En suma, el estudio del pensamiento mítico de Sumer no solo revela las raíces espirituales de la civilización mesopotámica, sino también los cimientos simbólicos de buena parte del imaginario religioso de Occidente.